28 enero 2011

EL TINTO Y EL ODIEL: QUE VAYAN DE LA MANO.



Existen en Huelva dos cuencas mineras importantes: La del Río Tinto y la del Odiel. Separadas en la cabecera del nacimiento de ambos ríos, vienen a confluir en su desenlace marinero. Siglos de explotación de los recursos mineros de cada una, las llevaron a su máximo apogeo en el siglo pasado. Después, los precios y otros avatares de los intereses de unos pocos las fueron llevando a una muerte agónica de la que hoy somos testigos. Por lo general suele ocurrir, que aquellos que actuaron como pioneros en el desarrollo de un país atrasado hasta decir basta, caigan después en el más aberrante de los olvidos. Lo mismo que con nuestros viejos: - Ya no nos valéis, sois una carga, pues ahí os quedáis-

Cualquier cultura que no tiene presente: de donde viene, cuales fueron sus raíces, que hicieron por su tierra, cual el legado que nos han dejado, etc., está condenada a repetir los mismos errores del pasado. A mi entender, quien cuida sus patrimonio (la cultura lo es) no solo atrae la admiración ajena, sino que también se gana el respeto de las generaciones futuras. Puede que ya no se viva de la minería, pero sí se podría de otras industrias relacionadas con el interés de la gente hoy, por visitar lo que hicieron nuestros padres y abuelos.
 

Pero por desgracia cada lugar, cada tajo minero, pueblo, asociación, etc., actúa como un pequeño reino de taifas, a la espera de que sus problemas se resuelvan por arte y magia de los gobernantes de turno que hacen bascular pequeñas soluciones allí donde más les aprietan los intereses electorales. Y no es por este camino, cómo una provincia con tan magnifica raigambre va a salir del atolladero, de pasar de ser un emporio de riqueza y producción a convertirse en un vertedero de residuos envenenados.
En estos días estamos asistiendo a un constante vertido de sustancias nocivas en pueblos como Nerva, Tharsis, y algunos más, sin que sus ciudadanos sepan fehacientemente que consecuencias pueden acarrear para su salud y el ecosistema donde viven. Las informaciones son confusas, contradictorias, poco trasparentes, lo típico de cuando se sabe que algo no va a ser aceptado de buenas a primeras si se preguntara a los interesados.
No es posible avanzar en la resolución de los problemas de expolio y vertidos que hay  actualmente sin la unidad de las distintas asociaciones que hasta la fecha, de forma aislada, se ocupan y denuncian a nivel local, estos acontecimientos.
Desde aquí quiero llamar a todos aquellos que al margen de sus preferencias políticas, tienen en su agenda diaria la misma anotación: solucionar un problema que es común a ambas cuencas mineras.
Les llamo a establecer contactos frecuentes para aunar esfuerzos y compartir información. Y a huir de la mezquindad que supone no hacer lo anterior, por causa de afinidades partidarias. Ningún político de turno va a suplantar la voluntad de un pueblo de seguir existiendo. Siempre se ha de estar vigilante.

 PD.- Mi más afectuoso saludo a todos los tharsileños que en estos momentos debaten, cómo evitar ser víctimas de un nuevo vertido contaminante en sus tierras y el expolio de su legado industrial y minero.

8 comentarios:

Lola Sanabria dijo...

Si todos pusieran su granito de arena, si todos no sólo denunciaran sino que también aportaran formas de atajar los problemas, seguro que los que tienen el poder se lo pensarían dos veces antes de destrozar la tierra.

Besos admirados.

Juan Leante dijo...

Seguro que sí Lola. Para no desesperar iremos dando pequeños pasitos a ver si la gente es más solidaria.
Un besazo.

ferroviaria dijo...

Tocas un punto esencial siempre, y sobre todo en los momentos que vivimos: La asociación en torno a lo que nos une por encima del individualismo por hacerse un hueco mezquino junto al mando, provocando de paso la desmovilización de los afectados, sea por estos vertidos, o por tantos otros asuntos que afectan a la pérdida de derechos, al dictado de un poder que carece de ideología, al que llaman Mercados y yo le digo Capital, a secas.

Creo que solo sumando fuerzas nos haremos respetar por ese poder ante el que han claudicado quienes nos representan, con la connivencia de las organizaciones sindicales.

No es mirándonos el ombligo como nos haremos escuchar.

Juan Leante dijo...

Gracias ferroviaria por tu comentario.
Siempre he pensado que hay que buscar lo que nos une venga de donde venga, sobre todo si lo que se pide es justo y necesario para supervivencia de un pueblo.
Saludos.

inma alascio dijo...

Juan, verdaderamente todo grupo o sociedad que olvida su pasado viene condenado a repetir su historia, y es lamentable que se deje en el olvido un pasado y un patrimonio que fue esplendor de la comarca, de la cuenca minera, espero que muchos como tu sigan preocupados y ocupados en recuperar esa memoria.
Animo amigo y adelante.

Juan Leante dijo...

Gracias Inma por tus ánimos.
La parte positiva es que siempre encuentras gente, como en tu caso, que no se deja desanimar.
Saludos.

Anónimo dijo...

Amigo Juan, gracias por exponer lo que tanta falta nos hace. Gran artículo que ojalá sirva de catalizador en la conciencia de todos.

La ciudadanía, a través de Blogs como el tuyo, está empezando a CONOCER Y VALORAR, que son los primeros paso para PROTEGER.

Estoy reincorporándome poco a poco a mis rutinas tras la experiencia que te conté por email. Estaremos en contacto y retomaré las entradas tuyas y de la Factoría para ayudar en lo que esté en mi mano. Saludos.

Fd. Carlos Vázquez.

Juan Leante dijo...

Gracias Carlos. Espero que todo te vaya mejor y pronto estés por estos lugares.
Un abrazo.