03 diciembre 2012

FERROCARRIL CALERA Y CHOZAS A VILLANUEVA DE LA SERENA II.


RESUMEN EN VÍDEO DEL TRAYECTO ENTRE CALERA Y CHOZAS Y GUADALUPE.




Este reportaje en vídeo es complementario del que ya publiqué anteriormente con imágenes fijas. Aquí se puede apreciar más detalles de esta singular y bonita travesía por la ruta de La Jara. 
La ausencia de carriles (nunca llegaron a colocarse) le resta aire ferroviario, pero es lo que nos permite acceder facilmente a este moderno trazado que nunca llegó a explotarse.
Este inacabado ferrocarril que nace a pocos kilómetros de Talavera de la Reina, perseguía hacer más corto el trayecto entre Madrid y Badajoz sin dar el largo rodeo por Ciudad Real, aunque para ello debiera atravesar las sierras de Guadalupe y Altamira, motivo por el cual tuvieran que construirse numerosas obras de fábrica y túneles. Resultó un alarde en innovación al considerar la línea recta como el trayecto más corto entre dos puntos, todo lo contrario de lo que se venía realizando hasta la fecha es decir, aprovechar antiguos caminos de carros o el curso de un río.
Su origen se remonta a 1924, y su construcción se desarrolla a lo largo de muchos años en los que desfilan varios gobiernos. Nunca se termina y llegado el año 1964, tras el dictamen del Banco Mundial, se abandona definitivamente, aunque el tramo Logrosán a Villanueva de la Serena estuviera entregado a Renfe y con la vía colocada.
Trazado de la línea
Hace 30 años se convirtió en una de las primeras vías verdes (Ruta de la Jara) por la que se circula con facilidad gracias a su plataforma bien conservada en la mayor parte de sus tramos. Sólo en algunas trincheras se han producido desprendimientos y algunos de los túneles se encuentran inundados durante la época de lluvias. La ruta se puede hacer con comodidad en casi todo su trazado, salvo en un túnel (Cañamero) que no se acabó de perforar (ignoro si hay alguno más) y otros que son intransitables. En total, la línea tiene 18 túneles y 3 viaductos.
Por lo demás es fácil de imaginar, que de las instalaciones fijas pocas quedan en buen estado pues su mayoría están situadas en medio del campo. Este ferrocarril, como dije al principio, buscó acortar distancias más que dar servicio a pequeñas poblaciones. Pero no le sirvió de nada.
Viaducto sobre el Tajo

El reportaje está realizado en  Julio de 1997 entre Calera y Chozas y Logrosán (sentí no poder llegar hasta Villanueva de la Serena).
Tengo que pedir disculpas por tanto meneito de cámara y por la manía de mi compañero de llamar puentes a los túneles. Pero he considerado que era mejor dejar el audio original que poner una música cualquiera. Siempre se puede quitar el sonido.

28 octubre 2012

PASOS A NIVEL AÑOS 60.




Paso a nivel con cadenas.
Imagen tomada de Elleocadio blogpost


APARECEN LOS NUEVOS MECANISMOS AUTOMÁTICOS DE CONTROL Y SEGURIDAD.





Mecanismo de control automatico ALSTHOM
Manual de presentación





















Con la llegada de las locomotoras Alsthom a las minas de Tharsis, este fabricante (Alsthom) siguió a lo largo de los años posteriores intentando vender algunos de sus productos auxiliares para uso del ferrocarril minero. 
Entre ellos, me llama la atención, un folder de presentación sobre "Equipamiento Automático para Pasos a Nivel", que figuraba entre los muchos documentos desparramados por el suelo que recogí una vez cerrada la mina.


Esquema general de la barrera



Esquema eléctrico
Esquema mecanismo





















Este producto empezó a desarrollarse en Francia desde 1963 para la red francesa de ferrocarriles (S.N.C.F.), con más de mil unidades instaladas inicialmente. Con posterioridad, Alsthom recibiría otros pedidos para los años: 1968, 1969 y 1970 de 1800, 3700 y 5800 uds. A la par, comenzó la exportación a otros países entre los cuales estaba España.


Paso a nivel en autopista París Orleans


En este manual de presentación se destaca sobre todo las ventajas que este nuevo equipamiento tenía para la seguridad de trenes, coches, y carruajes en general, en relación a los sistemas empleados hasta ese momento.



Paso a nivel en Auchy, norte de Francia



No creo de interés reproducir aquí el texto completo (bastante extenso), pero si alguien está interesado podría enviárselo a una dirección de correo (Está en inglés)
.
A mi entender, la compañía de Tharsis nunca llegó a efectuar ningún pedido de este material, seguramente porque su trazado no cortaba demasiadas carreteras o caminos de importancia. Cuando así era, se utilizaba la barrera o cadenas, servida por personal de la empresa, o simplemente se ponían señales de aviso sin más.



Uno de los primeros mecanismos instalados en España


No obstante, creo que merece la pena observar con detalle, sobre todo si nos situamos a finales de los 60, como eran los productos con la tecnología más moderna del momento. Y es probable que los que actualmente dan servicio en líneas importantes de diferentes anchos de vía, aquí y en otros países, no hayan cambiado tanto.



Freinville-Sevran


En los ferrocarriles fineses




31 agosto 2012

CURIOSIDADES DEL FERROCARRIL DE THARSIS (Continuación)

A pesar del desmantelamiento canalla a que ha sido sometido el patrimonio de estas minas y la casi imposibilidad de reconocer hoy lo que fue un emporio de historia sobre la minería en España, no me resigno a dejar de escribir sobre esta querida tierra, que tomo como si fuera la mía, y de la que nunca podré olvidarme, pues fueron muchos los momentos gratos que pasé junto a los restos de sus instalaciones.

Después de haber pasado por las "curiosidades" relativas al material de tracción y remolcado y sus incidencias a lo largo de unos cuantos años, paso ahora a ocuparme de aspectos más relacionados con lo social (las personas) y los avatares que tuvieron que compartir con la Compañía.
Es posible que aún quede gente que estuvo en la brecha por aquellos años 60 y 70 y que sin duda recordarán los textos que aquí se reproducen.
Espero que sirva para: a unos sentir la nostalgia de aquellos tiempos, y a otros para ilustrarse mejor acerca del pasado de la tierra que habitan.
Disculpar la mala calidad de las fotos.









02 agosto 2012

REFRESCANDO LA MEMORIA

Toda operación por sencilla que parezca tiene su protocolo. Y esta no era tan sencilla, sobre todo si se quería conservar el físico.







27 mayo 2012

NO ESTÁ TAN LEJOS Y YA VUELVE



Al traspasar la puerta, percibí una mezcla de diferentes olores entre los que predominaba la brea. Dentro del vestíbulo de la estación el aire era espeso e irrespirable. Un calor sofocante a causa  de la humedad, convertía a ese Julio de 1960 en uno de los meses más insoportables de cuantos se dieron en aquel lugar.

Rosa, mi mujer, con mi hijo Daniel de dos años en brazos, me seguía aturdida como quien no se acaba de despertar de un mal sueño. Daniel, impresionado por tantos estímulos repentinos, no paraba de mover su cabeza de un hombro a otro en los brazos de su madre. Pero afortunadamente no lloraba, ni parecía acusar el calor asfixiante de esa tarde sin una brizna de aire.
Busqué la taquilla y encontré una larga fila de personas que eran calcadas a mí en bultos y ropas. Apenas hablaban, tan solo mostraban sus miradas perdidas alrededor. Me puse a la cola y después de dos horas conseguí el billete. Al final, el tiempo se nos había echado encima y tuvimos que ir de prisa al anden donde se encontraba formado un largo tren con vagones de madera de tercera clase y destino a Bélgica

Llegamos a la portezuela y quise subir, pero resultó imposible hasta que los primeros dejaron colocadas sus maletas y bajaron sus acompañantes. Finalmente, pude abrirme camino hasta uno de los departamentos, era de asientos corridos de listones de madera, y a base de empujones metí una maleta en el porta equipajes, la otra quedó en el suelo como tantas otras, interrumpiendo el paso. Faltaban diez minutos para la salida y quise bajar para despedirme de Rosa y Daniel. Sudaba profusamente y el estómago me molestaba. Intenté pasar entre la gente amontonada en el pasillo pero no avanzaba. El altavoz anunció la inmediata salida del tren, los nervios se desataron y comenzaron los gritos y empujones. Desistí de bajar y volví al departamento con intención de asomarme a la ventanilla. Supliqué, rogué y lloré hasta conseguir un hueco por donde mis ojos buscaron a Rosa. La vi a escasos metros de la escalerilla del vagón. Mis gritos se fundieron con más gritos hasta que ella reparó en mí. Rosa se acercó hasta situarse a poca distancia de la ventanilla.

- Pásame a Daniel que le dé un beso.

Y Daniel se elevó en volandas hasta mis brazos. Seguía sin llorar, estaba distraído con tanto jaleo. Lo besé una y otra vez hasta hacerle llorar. Debió sentir mi angustia y reclamó a su madre. ¿Cuándo volvería a verlos?

- ¡Rosa cuídate! Te escribiré en cuanto llegue. No estés triste, volveré antes de lo que imaginas. ¡Te quiero mucho! - Fueron mis últimas palabras entre el griterío.

Daniel estaba ya en los brazos de su madre cuando el silbato de la máquina se acompasó con los tirones del vagón al moverse. Las lágrimas que brotaron de los ojos de Rosa no gustaron a Daniel. Se las retiraba con la mano y llorando le pegaba en la cara. Pero no era el único, todos llorábamos. Los que marchábamos y los que se quedaban. Fue la mejor manera de quitar esa opresión en el pecho. Tan solo los que no podían hacerlo se quedaron con la mirada clavada en el suelo y la cabeza entre las manos.

02 abril 2012

MINA DE LA ZARZA

LA ZARZA (Huelva)



Han pasado seis años desde la realización de estas imágenes y durante ese tiempo siempre he pensado que tendría que volver, que no me había empapado lo suficiente del embrujo de este sorprendente lugar.
Cuando la visité por primera vez en 2001, las instalaciones aún conservaban lo más esencial para hacerse una idea de lo que allí hubo. En 2006 las cosas habían cambiado bastante como para observar la mano del hombre en su afán por deshacer el pasado. Y ahora, después de ver lo que viene ocurriendo con el patrimonio industrial en general, supongo que habrá desaparecido casi todo gracias a la intervención de los chatarreros y la crisis económica. Por eso, prefiero guardar en mi retina lo último que pude saborear, a llevarme otra decepción muy amarga tal y como ya la tuve con lo ocurrido en toda la explotación de Tharsis. Aún así:
"Tharsis siempre estará en la memoria"

23 enero 2012

LA VIGILIA

En el próximo mes de Febrero hará 75 años de una de las mayores carnicerías que se produjeron en nuestra guerra civil (podría haber sido cualquier otra, ejemplos nunca faltan). Tuvo lugar en las márgenes del Jarama entre los pueblos de Arganda, Rivas Vaciamadrid, Morata de Tajuña y San Martín de la Vega. Entre viñedos y olivares ambos bandos se desgastaron hasta la extenuación.
Cuando recorro estas trincheras, testigos mudos de un pasado atroz, y me meto dentro de ellas, intento vanamente ponerme en el pellejo de quienes allí estuvieron. De ahí mi relato.


La vigilia.

Tenia la tripa descompuesta y el cuerpo entumecido por el frío y la humedad. El suelo de la trinchera, lleno de barro, mantenía las botas casi enterradas y los pies encharcados, imposible conciliar el sueño.
Era de noche aún cuando sacó cuidadosamente la cabeza por una abertura del parapeto. Observó las siluetas de los olivos que tenía enfrente y detrás de estos la fuerte pendiente de subida que continuaba hasta la cumbre. Demasiada quietud, inquietante silencio, y la luna, como único testigo, bañándolo todo. Volvió a sumergirse en la seguridad de la zanja y encendió otro cigarrillo. Pasadas dos horas el estómago seguía igual, quizás por culpa del brebaje que les dieron horas antes para encarar con decisión el próximo ataque. Seguía una y otra vez torturándose con la idea de que esta fuera su última noche  y la duda de si tendría el valor suficiente para estar a la altura de sus compañeros.
Cuando las primeras luces del alba aparecieron a su espalda empezó a temblar como una hoja. Se asomó de nuevo por encima del parapeto y miró la cuesta. Buscó los olivos más gruesos, los abrigos del terreno, en definitiva el camino más seguro para esquivar las balas cuando llegaran. Todos le parecieron demasiado pequeños y muy separados. Nuevamente se agachó a esperar. De nuevo le asaltaron los pensamientos. Cómo asumir que ahora estaba ahí y dentro de un rato se convertiria en un cadáver. - No puedo morirme ahora, tengo la vida sin hacer, me esperan. - Se decía una y otra vez. 
Llegó la hora prevista y no se produjo el apoyo artillero. Tampoco el avance del flanco izquierdo, ni del derecho. ¿Qué sentido tenía este nuevo ataque? Pero su comandante estaba decidido. No hacía más que ir y venir dando consignas y amenazando con el revólver. A las ocho en punto sonó el silbato. Los que salieron de la trinchera no avanzaron más de 50 metros antes de ser acribillados y rodar por la ladera como fardos. Los otros, los que no salieron, a la mitad se les fusiló esa misma tarde. Al día siguiente él estaba en la misma trinchera con los nuevos reclutas y algunos veteranos. Pero esta vez ya no sentía nada.