26 octubre 2011

UN LIBRO DE IDA Y VUELTA.



Hace algunos días que presentía que este libro no iba a acabarlo y así ha sido, no leo ni una página más. Además, no merece volver a la estantería. Pensé tirarlo al contenedor de papel pero finalmente decidí arrojarlo por la ventanilla del coche a la acera mientras esperaba a mi hijo a que saliera del instituto. Me serviría de entretenimiento para ver la reacción de la gente y de paso darle otra oportunidad.
Cayó al suelo mostrando la contraportada, junto al murete del colegio. Por el retrovisor podía ver el libro y la gente que se acercaba. El primero en pasar fue un hombre mayor que le dio varias patadas hasta darle la vuelta. No lo cogió y siguió su camino. Poco después paso otro señor que tras mirar a su alrededor tomó el libro en sus manos,  lo ojeó y luego lo dejó sobre el muro. No tardaría en llegar una mujer con su carro de la compra y reparar en él. Lo tuvo en sus manos un momento y volvió a dejarlo en el mismo sitio. A partir de aquí empecé a mosquearme: - ¿Es que a nadie interesaba encontrarse un libro que gozaba de una buena presentación, muy diferente a las ediciones de bolsillo? – Al rato apareció una pareja de jóvenes y sin soltarse de la mano le dieron un vistazo sin tocarlo prosiguiendo enseguida su camino. Esto ya no era normal. Me quedaba el consuelo de que cuando salieran los chicos alguno se lo llevaría. Pero unos minutos antes pasó un jubilado  y este si lo cogió, es más empezó a andar ojeando las páginas. De pronto se paró en seco y volviendo sobre sus pasos lo dejó donde estaba. Pensé que lo hacía por si su dueño volvía a buscarlo. Me estaba dando por vencido. Finalmente salió la tropa de chicas y chicos que enredados en sus escarceos pasaron olímpicamente del asunto. Estaba claro que este libro no gozaba del menor atractivo para que alguien quisiera incorporarlo a su lectura. Si su autor pudiera presenciar esto le daría una depresión ante test tan cruel. ¿Pasaría esto mismo fuese cual fuese el libro abandonado a su suerte?

Cuando llegó mi muchacho le pedí que me acercara la novela que parecía abandonada por algún despistado. La cogió, miró sus pastas y el título y me dijo: - Esto es una mierda. ¿Para qué lo quieres?- Le contesté: - Pues para confirmar si es verdad lo que dices.

Hoy lo he tirado al contenedor para que al menos se recupere algo. De papel claro.

6 comentarios:

Lola Sanabria dijo...

Desde luego ¡qué crueldad con los libros! Echar cultura, ¡cultura, sí!, al contenedor para que la trituren y hagan papilla con ella. Yo no pienso. ¡Aunque me están entrando unas ganas con uno que gané en un premio...!

Me gustó esa galería de personajes que tan bien has dibujado.

Abrazos sin cuento.

Juan Leante dijo...

Gracias Lola.
Si un libro no te engancha en las 50 primeras páginas es poco frecuente que lo consiga más adelante. Con todo, hay bastante basurilla que nació para que el autor se mirase el ombligo en el papel.
Besos.

Odys 2.0 dijo...

Dicen que puede contarse el pescado pero no el pescador. Aun así, ¿no vas a decirnos de qué libro se trataba? O quizá no tenga importancia.

Discrepo rotundamente del comentario expresado por la primera comentarista. No todo libro impreso es cultura. ¿O acaso va a decirme que la antepenúltima autobiografía de Victoria Beckham es cultura?

Anda ya... :-)

Juan Leante dijo...

Gracias Alberto por pasar por aquí.
El título del libro poco importa en este caso, aparte de que tampoco lo recuerdo, pero el ensayo fue real y hubiera dado lo mismo si la obra hubiese sido muy buena. Si se trata de encontrarse algo por el suelo tira más un euro que la pasta de papel.
En cuanto a tu discrepancia con el comentario de esa "SEÑORA", tienes que disculparme pues aquí con tanto público al que atender se me cuelan algunas perraflautas sin conocimiento alguno.

Cordiales saludos.

Lola Sanabria dijo...

¡¡¡La madre que os parió a los dos!!!

¡Como vaya para allá, os voy a dar un soplamocos que vais a ver!

Un abrazo para el cultureta y otro para el perroflautero.

abandonoseneltiempo dijo...

Es mi humilde opinión si a alguien no le gusta un libro que lo deje en la biblioteca municipal de su localidad que alguien lo cogera para leerlo. Un saludo.