02 julio 2010

ENSOÑACIÓN.

Siempre que puedo subo al primer vagón del tren y apoyo la cabeza sobre el mamparo de la cabina de conducción. Me gusta escuchar los avisos que recibe el maquinista por el radio teléfono. Cierro los ojos y comienzo a repasar los indicadores del tablero de mandos sin descuidar la conducción. Mi mano actúa esporádicamente sobre el regulador de velocidad y el freno. Mi cuerpo se acompasa al suave balanceo de la composición cuando pasa sobre los desvíos. Y al menor pretexto, toco insistentemente el silbato.
Llego a mi estación, y mientras camino hacia la oficina me pregunto por qué no seguí los pasos del abuelo.

4 comentarios:

Lola Sanabria dijo...

Seguramente no seguiste los pasos del abuelo porque el sueño no habría sido tan placentero como éste.

Bonito, bonito.

Millón de besos.

Anónimo dijo...

¿Ves lo que te decía? Amas tanto esos vagones de tren que las palabras se quedan cortas ante el sentimiento.
Ensoñaciones las que has provocado en mi y en cualquier lector que llegue hasta aquí, porque sin saber tanto de ellos, he sentido el mamparo de la cabina al apoyar mi cabeza sobre él mientras escuchaba los avisos del maquinista. Mi mano también regulaba la velocidad y el freno.......

Y todo eso en tan breve texto. Sabes transmitir y haces grande cada historia.

Un abrazo.

Juan Leante dijo...

Gracias Neli por esos ánimos que me das.
Quizás amar tanto, como tu dices, y no distanciarse un poco de esos vagones, tenga un efecto de bloqueo a la hora de escribir. Por eso admiro a quienes consiguen combinar bien el lenguaje y el corazón.
Un fuerte abarzo.

Cora Christie dijo...

Como tu lo combinas, Leante. Otra cosa es que sintieras lo mismo si en vez de tener un alma ferroviaria, hubieras tenido que someter tu cuerpo a unos horarios rígidos, una rúta que se acabaría transformando en rutina, o quizás finalizar tu vida ferroviaria en tareas burográticas dentro de un almacén de renfe.

Dicen que cuando conseguimos transformar un sueño en realidad... deja de ser Un Sueño.

Me gusta como escribes y que solo te parezcas a ti mismo.

Abrazos.