Me acordé de Nicolás Chaparro González.
Casas estación de Manantiales |
En mi último recorrido por la cuenca minera de Río Tinto entre el molino Cascajal y Puente Salomón, me había propuesto fijarme en las casas que iba encontrando al lado de la vía del ferrocarril. La razón de tal propósito fue la lectura de su obra: “ Yo fui un niño de la vía general”. No era para menos. Sus letras me impresionaron.
Y ahora, los restos mudos de aquellas edificaciones me han dejado con una gran inquietud interior. Yo, que soy muy dado a fantasear e imaginar situaciones que no he vivido ni rozado levemente pude, tras pararme y traspasar los destrozados marcos de esas puertas, recuperar las imágenes de todas esas personas que vivieron allí.Hace muchos años un profesor me decía que: de la misma manera que se pudo grabar la voz y las imágenes en ciertos materiales, por qué no iba a ser posible hacerlo sobre las paredes de adobe o ladrillo. Bien, aún no está constatado científicamente, pero si nos esforzamos un poco podremos ver gracias a ellas a quienes las habitaron. A partir de ese momento ya puedes empezar a preguntarte cómo fue posible que en medio de ese aislamiento, acompañados por la crueldad de una naturaleza que no entiende sobre personas y animales, las primeras pudieran sobrevivir, y sobre todo sacar adelante a una descendencia condenada a perpetuar su duro trabajo.
Y ahora, los restos mudos de aquellas edificaciones me han dejado con una gran inquietud interior. Yo, que soy muy dado a fantasear e imaginar situaciones que no he vivido ni rozado levemente pude, tras pararme y traspasar los destrozados marcos de esas puertas, recuperar las imágenes de todas esas personas que vivieron allí.Hace muchos años un profesor me decía que: de la misma manera que se pudo grabar la voz y las imágenes en ciertos materiales, por qué no iba a ser posible hacerlo sobre las paredes de adobe o ladrillo. Bien, aún no está constatado científicamente, pero si nos esforzamos un poco podremos ver gracias a ellas a quienes las habitaron. A partir de ese momento ya puedes empezar a preguntarte cómo fue posible que en medio de ese aislamiento, acompañados por la crueldad de una naturaleza que no entiende sobre personas y animales, las primeras pudieran sobrevivir, y sobre todo sacar adelante a una descendencia condenada a perpetuar su duro trabajo.
Casas estación de Manantiales |
Para cualquier ser humano normal, ascender en calidad de vida es lo natural y siempre nos parecerá insuficiente lo que ya hemos conseguido, casi todo el mundo reparamos más en lo que nos falta que en lo que tenemos y podemos disfrutar.
Estación de las Cortecillas |
En tiempos como los que ahora toca vivir, cargados de incertidumbre y desasosiego, en los que se ve claramente la intención de los poderosos por hacernos retroceder a tiempos pasados cuando las condiciones de vida eran mucho peores, yo por lo menos, empiezo a sentirme mal, a dejarme llevar por esa corriente pesimista que día a día nos van instalando en la cabeza a base de malas noticias con las que preparar el terreno.
Edificación a la entrada de túnel Salomón |
Pero empecé con Nicolás y con él quiero acabar. Si ellos resistieron ese modo de vida, lleno de privaciones y carencias, creo que yo y toda esa gente que se va movilizando (con sus pasos adelante y atrás) podremos resistir este ataque salvaje de los llamados mercados (vaya invento tan cojonudo) aguantando las embestidas hasta conseguir que no nos quiten lo que nuestros Nicolás nos dieron y no pudieron disfrutar.
Edificación a la entrada de túnel Salomón |
12 comentarios:
Cuanta más guerra les demos, menos se atreverán a quitarnos. Esa va a ser la lucha en 2012, ni más ni menos.
Abrazos.
Que así sea, Alberto. Gracias por tu visita. Un fuerte abrazo.
Felices fiestas Juan, y un muy feliz nuevo año, un abrazo.
Gracias Inma, lo mismo te deseo. Me alegra saber que andas por ahí.
Un fuerte abrazo.
Feliz todo y estoy con Odys, habrá que dar por saco, a ver si es verdad que sale la parte humana, por lo menos de los que estamos cabreados con lo que ocurre.
Abrazos
ROSANA
Hola Rosana:
Gracias por pasarte por aquí. Y sí, a ver si con un poquito de aquí y de allí hacemos que algunas cosas (al menos las más próximas) mejoren algo.
Besos.
Un buen lugar, Juan Lente, para la reflexión, resulta siempre la entrada a este rincón que cuidas con tanto cariño como el que sientes por el ferrocarril y quienes forman ya parte de su historia.
También para sentirte a salvo de la desesperanza y con ganas de seguir aprendiendo a distinguir el valor de una cosa de su precio.
Un abrazo cálido.
Ferroviaria
Gracias ferroviaria. Tú siempre tan gentil en tus comentarios hacia este lugar.
Besos.
Preciosas fotos y muy interesantes líneas las que te leo por aquí.Te seguiré en próximas estaciones.
Saludos.
Gracias Carlos por tu cordial comentario. Esta es mi pasión y trato de trasmitirla cada vez que mis pies recorren estos lugares.
Saludos.
Realmente, con el texto y con las fotos, invitas de maravilla a que los demás también nos traslademos a esos tiempos a esas casas ferroviarias. Muy interesante.
De lo otro, bueno, creo que huele a prerevolución...
Saludos
Gracias Miguelángel.
Como bien has observado, este es mi mundo, las vías y sus paisajes.
Un cordial saludo.
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