En 1996 pude comprobar cuantas personas podían meterse en la cabina de conducción de un Ter. Fue a propósito de una excursión a la estación internacional de Canfranc, organizada por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao. El punto de enlace con los que veníamos de Madrid fue la estación del Portillo, en Zaragoza, a las 4 de la madrugada. Allí nos subiríamos al magnífico y bien cuidado Ter de la asociación bilbaína.
Durante el trayecto tuvimos un gran anfitrión, no recuerdo su nombre, un ferroviario aragonés con gran experiencia en este trayecto y una simpatía especial, sobre todo con los críos que eran bastantes. Él, siempre consideraba que había suficiente espacio y no dejaba de invitar a pasar a más gente a la cabina. De ahí que la calidad del vídeo, constantes balanceos, se deba al trazado de la vía y sobre todo a la multitud apretujada alrededor del productor de este reportaje.
Espero que disfrutéis del trayecto como yo lo hice en aquellos días. Canfranc es un lugar que todo amante del ferrocarril debería visitar.
1 comentario:
Parece que fue ayer y ha llovido lo suyo. Un buen recuerdo para un viaje, según lo relatas, lo relataste en su día.
Besos sin nostalgia.
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