Encontré esta foto y cuanto más la miro más prendado me quedo de ella. Me sugiere tantas cosas que casi me siento incapaz de escribir sin atropellarme y acabar en un sin sentido. Pero es igual, creo que cualquier observador coincidirá conmigo en que hay detalles que sobresalen de esta imagen. O quizás no, y es el todo lo que de verdad importa.
En cualquier caso, está claro que madre e hijo cruzan sus miradas. En un instante se lo dicen todo. Y siento envidia, mucha envidia porque solo ellas pueden experimentar ese momento tan cotidiano como increíble. Hasta aquí llego.